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En la escena espontánea de la calle yo soy a la vez espectáculo y espectador y a veces, también, actor. Es en la calle donde tiene lugar el movimiento de catálisis, sin el que no se da vida humana sino separación y segregación (...) La calle cumple una serie de funciones que Le Corbusier desdeña: función informativa, función simbólica y función de esparcimiento. Se juega y se aprende. En la calle hay desorden, es cierto, pero todos los elementos de la vida humana,  inmovilizados en otros lugares por una ordenación fija y redundante, se liberan y confluyen en las calles (...)  Es un desorden vivo que informa y sorprende.

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Henry Lefebvre. La Revolución Urbana

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